...Me marché huyendo del pasado, dejando uno de los dedales que tanto nos gustaron,
aspirando un aire nuevo y rozando sueños viejos. Quise ser otra persona, pero descubrí
al fin y al cabo, que el pasado viaja contigo sin necesidad de que lo lleves encima y no pasó un día en que no pensara en ti.
Aún así, mi vida jamás fue pesarosa, recorrí el camino con un ojo al frente, y otro en el andar.
Me detuve donde el mar es azul y profundo, y donde la hierba siempre es verde e
infinita. Anduve buscando estrellas escondidas y renombrando aquellas que no supimos
ubicar. ¡Encontré dos tréboles de cuatro hojas! Te habría encantado...
Abigail Alei Fuentes
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